miércoles, 4 de abril de 2007

Iniciando contacto



Apareció de repente en ese cuarto, en el que estabamos mi amigo y yo, en un ambiente de comodidad y tranquilidad y alegría y carcajada. Fue una rara entrada. No era como las de siempre. Con su olor raro, con su voz más ronca que lo que habituabamos escuchar, con una ropa distinta, con un pelo cambiado...
Habló, y siguió hablando, pero no se dirigía a nosotros, sino a él, mi amigo, y al principio me sentí una molestia, como sin entender lo que decía, que hasta hace un tiempo hablabamos de las mismas cosas. Algo que no entendía. Un tipo cambiado, que no me agradaba...

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